El ejercicio Físico como arriesgada perturbación II
Para un adolescente realizar ejercicios físicos con el objetivo de emular a personajes ficticios suele representar un riesgo. Y es que considerar como modelo a algo irreal, además de corroborar la imagen negativa del propio cuerpo, puede causar angustia y desesperación.
El peligro se presenta de muchas
maneras pero la prioridad en estos casos es que los adolescentes no se
aproximen hasta las hormonas sintéticas. Los esteroides anabólicos son un
veneno cuando se usan por razones de simple vanidad. Aunque ya se han publicado
innumerables artículos y programas audiovisuales destacando el alto riesgo por los que transitan los
consumidores de esteroides, no es menos cierto que la utilización y la
popularidad de estos productos viene en ascenso desde hace rato. Lo que nadie
advierte es que las hormonas sintéticas, si se suministran en la adolescencia,
modifican el sistema endocrino y detienen de manera irreversible el crecimiento
y el desarrollo. ¿Será que esta razón no
es suficiente para desechar la opción de “pincharse”? En este punto, los padres
deben estar muy atentos a los cambios físicos y emocionales.
No estoy en contra del ejercicio
físico para desarrollar el cuerpo. Al contrario, estoy convencido de que la
práctica deportiva es excelente para
desarrollar el sistema muscular. El problema inicia cuando la autoestima del
adolescente se enfoca exclusivamente en
adquirir la apariencia de representaciones irreales y convierte al ejercicio
físico en una arriesgada perturbación.
Autor:
Humberto Gutiérrez